Y que Realmente Funcionan.
Si todas las leyendas fueran ciertas, Cleopatra debió haber gobernado el antiguo Egipto desde su bañera. Varios reportes dicen que ella mejoraba su reconocida belleza bañándose en leche y pétalos de rosas, vino rojo, o en una mezcla de aceite de oliva, leche y miel. Sorprendentemente, la ciencia moderna sugiere que ella sabía algo. Aquí te damos cuatro rituales antiguos de belleza que todavía vale la pena llevar a cabo.
La rutina de un baño diario. Los antiguos romanos, elevaban sus baños diarios a un régimen sofisticado. Los baños públicos comunales de Roma eran una combinación de gimnasio, spa y club social donde las personas pasaban tiempo socializando mientras se cambiaban de zonas frías a calientes, y de calientes a frías, a menudo seguidas de un masaje. ¿Cuál es la lección para nosotros hoy? Relajarse y eliminar el estrés durante las rutinas de limpieza. Incluso si ya no es tan fácil combinar el bañarse con la socialización, es importante disfrutar de la compañía de los amigos con regularidad, ya que es muy bueno para la salud mental y física.
Exfoliación después del baño o de un masaje. Puede que no quieras utilizar una navaja de metal sin filo para exfoliar el cuerpo como lo hacían los antiguos romanos, pero un masaje vigoroso con una tela áspera una vez a la semana mantiene la piel con un aspecto saludable, al mismo tiempo que estimula la circulación y fomenta el crecimiento de nuevas células. Los japoneses, que todavía siguen la antigua tradición de los baños comunales en spas de aguas termales llamados onsen, utilizan un paño especial largo y angosto de nylon y poliéster para este propósito, antes de entrar en las tinas para remojarse y relajarse.
Aplicación de aceites y ungüentos. Los aficionados a la belleza no han utilizado la desagradable palabra “ungüento” en los últimos 500 años, pero esto no significa que los aceites fragantes y ungüentos líquidos, no sigan siendo ahora tan efectivos como lo eran en la antigua Grecia y Roma para calmar y perfumar la piel, y suavizar y nutrir el cabello. Además de mezclar aceite de oliva en sus baños de leche, Cleopatra también usaba, según dicen, aceite de almendra —una mejor elección ya que éste es más ligero y se absorbe fácilmente. Podrías considerar la posibilidad de probar uno más moderno y favorito como el aceite de argán.
El uso de productos derivados de las abejas. Los antiguos griegos fueron los primeros en documentar el uso medicinal de la miel de abeja para proteger y curar heridas. Como un tratamiento de belleza, la miel se ha usado durante millones de años para hidratar y fortalecer la piel y el cabello, en el baño o como mascarilla. La jalea real es el alimento que las abejas obreras reservan para su reina e históricamente se ha asociado con la longevidad y vitalidad. Esta sustancia rica en nutrientes, que contiene una mezcla compleja de aminoácidos, lípidos, minerales y vitaminas, ahora se encuentra en los productos Royal Jelly de JAFRA. La royalactina de la jaleal real es la proteína que parece tener los efectos más positivos en la salud y en la piel.
Anne M. Russell cuenta con una amplia experiencia en periodismo de belleza y salud. Actualmente es la presidenta de su propia compañía, Extra Special Media, en la cual se producen artículos y contenido de mercadeo para sitios web. Recientemente fue editora en jefe de VIVmag, después de haber sido también editora en jefe de la revista Shape. Antes de estos puestos fue la directora editorial de Fox Television’s Health Network, donde supervisó la página web de la cadena de televisión así como el contenido que salía al aire.